El amor es muchas cosas, atención, cariño, estabilidad, confianza, el querer compartir tu vida, ver a esa persona y saber que la vida es más hermosa desde que está en ella, pero la paciencia es una característica muy especial.
Uno de mis grandes problemas siempre fue la impaciencia, quería correr antes de tiempo, apresuraba las cosas y terminaba arruinándolo. ,posiblemente debido a mis malas experiencias. Quería ser correspondido rápidamente, quería que sintieran lo mismo, que me devolvieran el «amor» que estaba entregando sin siquiera cuestionarme si esa persona conocía lo suficiente de mí como para comenzar una relación, afortunadamente con el tiempo entendí que el amor no funciona así.
Actualmente me siento muy contento y entusiasmado con una persona, tristemente está viviendo cosas muy complicadas y aunque no me lo ha dicho, es de entenderse que comenzar una relación amorosa no sea la mejor opción en estos momentos.
Eso me llevó a pensar en el tema, cuando buscas una relación, te vas ante la primer señal de que ahí no encontrarás lo que estás buscando y continúas la búsqueda, lo intentas con alguien más, pero cuando amas a alguien, tienes claro que alejarse no es la solución.
Cuando amas a alguien, realmente, lo haces sin esperar nada a cambio. La amas porque te nace, porque eres una persona amorosa, amas porque has comprendido el amor, amas porque has aprendido a amarte y a compartirlo con los demás, te vuelves paciente.
Estás dispuesto a esperar, le brindas paciencia y confianza para que cierre sus ciclos, para que arregle sus problemas, para que sane. El amor no exige, no apresura, el amor simplemente se entrega, se demuestra y se reafirma día con día.
Si la otra persona no se siente lista, la esperas, si la otra persona tiene miedo, la acompañas en el proceso, si necesita espacio se lo brindas con todo el cariño del mundo y si al final no funcionan las cosas te quedas tranquilo porque hiciste lo correcto y amaste con sinceridad y madurez.
El amor es paciencia, disfruta cada segundo.